Pronto celebraremos este día tan especial. Nosotros nos hemos acordado y hemos querido realizar un pequeño homenaje a todas la madres del mundo, por su lucha, por su fortaleza, por su amor incondicional, por su serenidad, por ser ese palo que aguanta todas las velas, por saber escuchar, por querer y ser querida, por darlo todo sin recibir nada a cambio; en definitiva, por ese trabajo impagable que es el de ser madre.
¿Has pensado ya cómo la vas a sorprender en ese día?. Ella se merece lo mejor. Lo mejor puede ser un abrazo protector para que sepa que siempre estarás con ella, un beso tierno que le haga comprender lo mucho que la echas de menos aunque no puedas verla todos los días, un poema escrito de tu puño y letra, una fotografía tuya enmarcada para que te recuerde todos los días del año. Aunque si quieres regalarla algo más, siempre puedes encontrar objetos originales que seguro harán que exclame un “gracias, lo necesitaba, pero no sabía dónde lo podía encontrar”. Fuera de convertir esta ocasión en algo puramente comercial, creo que es un buen día para reunirse charlar y pasar un rato estupendo con ella. Muchas veces no siempre se puede estar cuando uno quiere, por eso, no hay que desaprovechar las ocasiones que se nos ofrecen para dedicarle un tiempo extra a la madre que nos trajo al mundo. ¿Quién sabe lo que nos vamos a encontrar a la vuelta de la esquina?, como se suele decir. Es mejor estar, para luego no arrepentirse de los pocos momentos que dedicamos a nuestros seres queridos. Nadie sabe lo que nos va a ocurrir mañana, o si el próximo año podremos estar de nuevo reunidos. La vida es una lotería, en la que nosotros somos los números que van cayendo fuera del bombo; y fuera, valga la redundancia, de caer en los tópicos típicos, nuestros pensamientos van encaminados a hacer más agradable la vida de todos los que nos rodean. Por eso, en esa jornada festiva organiza algo peculiar e inesperado, innegablemente ese es su día.
