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Tener una buena higiene íntima depende de muchos factores que hay que tener en cuenta, y que son indispensables para tener una excelente salud. Las principales recomendaciones son:

• Lavar la zona una vez al día, como mucho dos veces. Más es innecesario, y provocaría diferentes secuelas como irritación o deshidratación, además de cambiar el ph. Y en las mujeres en dirección de delante hacia atrás. No usar esponjas para esta zona.
• Utilizar para el aseo productos adecuados para la mucosa genital. Los mejores, los geles naturales o ecológicos, que mantienen el equilibrio de la flora vaginal.
• Lavarse las manos antes de mantener relaciones sexuales, y si es necesario utilizar un lubricante íntimo bio o un aceite cosmético íntimo con propiedades cicatrizantes, antisépticas, fungicidas y calmantes.
• Evitar las duchas vaginales. Sólo deberá realizarse una limpieza externa.
• Usar tampones y compresas ecológicos, ya que no contienen perfumes u otras sustancias que pueden llegar a ser particularmente irritantes. Y cambiar la protección regularmente.
• Evitar ropa muy ajustada y llevar puesto el bañador mojado mucho tiempo. Favorece la proliferación de bacterias. Olvídate de los tangas, y usa ropa interior más amplia y 100% algodón, que cambiarás a diario.
• Consulta con tu ginecólogo si notas cualquier anomalía, prevenir siempre es mejor que curar. Los últimos estudios apuntan a la utilización de probióticos vaginales para luchar contra la vaginitis.

La flora bacteriana presente en la vagina cumple una función protectora frente a patógenos externos, pero el aumento de pH provoca una disminución de esta flora, lo que tiene como consecuencia un incremento del riesgo de infección. Por lo tanto, cuando el pH vaginal se encuentra alterado puede ser indicio de la existencia de una infección, y suele estar asociado a molestias vaginales como sequedad, picor, irritación o dispareunia.

El pH de la piel vulvo-vaginal de las mujeres varía a lo largo de su vida. Durante la época fértil se sitúa entre 4,5 y 5; antes de la menarquia es prácticamente neutro (alrededor de 7), valor que vuelve a alcanzar en la menopausia. También en la menstruación sube ligeramente (6,8 a 7,2), resultando más ácido en el embarazo (4 a 4,5).