Con el verano llega el calor y las altas temperaturas así como las frecuentes actividades que durante esta época realizamos al aire libre, hacen que nuestro cuerpo se deshidrate con mayor frecuencia y por ello necesitemos beber más para conseguir el nivel de hidratación óptimo para nuestro cuerpo.
Aunque no lo parezca la deshidratación provoca cansancio, falta de concentración y como consecuencia malestar general, por elloen verano no debemos esperar a tener sed para beber e hidratarnos.